Es un tratamiento con aparatología indicado para reducir grasa en zonas localizadas, que se basa en la aplicación de frío para conseguir de esta manera destruir las células grasas.

La criolipólisis es el único sistema, junto con la liposucción, que consigue eliminar los adipocitos (no sólo vaciarlos), por lo que después del tratamiento las grasas ingeridas ya no tendrán adipocitos en los que depositarse. Por lo tanto, no habría por qué volver a coger volumen en la zona tratada.

El tratamiento consiste en la aplicación de frío mediante una ventosa que succiona la zona a tratar donde hay grasa, y esa zona succionada la mantiene a una temperatura adecuada para que las células grasas no soporten el frío y las elimine nuestro metabolismo.

Desde el primer día se puede empezar a apreciar el efecto diurético, aunque será a las tres semanas de la primera sesión (aprox.) cuando realmente se empiecen a apreciar visiblemente los resultados, y se continuará perdiendo volumen durante los siguientes tres meses a la sesión.

Los resultados son excelentes. En cada sesión se pierde entre un 30% y un 50% de la grasa tratada (succionada), por lo que el tratamiento suele requerir pocas sesiones: entre 2 y 4 sesiones suele ser lo habitual (por supuesto, dependerá del volumen de cada persona por lo que conviene hacer una valoración para poder asesorar sobre el número de sesiones necesarias en cada caso).

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