¿Cómo afecta el frío a nuestra piel?

Seguro que en los meses más fríos del año notas que tu piel está más tirante y deshidratada que nunca. Con el frío, los niveles de hidratación y nutrición de la piel se ven alterados. Estas molestias pueden afectar a todas las personas, pero no por igual.

Descubre en nuestro blog como afecta a nuestra piel y como remediarlo.

 

¿Cuál es la causa de que el frío afecte negativamente a nuestra piel?

Muy simple: El frío produce vasoconstricción cutánea y debilita la película protectora hidrolipídica, originando un descenso de la temperatura de la piel con la finalidad de mantener la temperatura corporal.

A diferencia de nuestros órganos internos, la piel está adaptada para soportar temperaturas inferiores a 37º, pero esto implica la pérdida de elasticidad, la reducción del flujo sanguíneo y la supresión de la sudoración.

 

¿Por qué tenemos que cuidar nuestra piel en invierno?

Durante el invierno, la piel se expone a condiciones externas adversas como son el frío, el viento, la falta de humedad, etc. relacionadas con la climatología, pero también tenemos que tener en cuenta otras como son las variaciones bruscas de temperatura u otros factores como la contaminación, que generan principalmente calefacciones y  coches, y afectan negativamente a la piel, siendo uno los niveles de hidratación y nutrición de la piel parámetros afectados rápidamente.

En el caso de la sequedad de la piel la función barrera se altera y nuestra piel no es capaz de protegernos frente a los factores que pueden afectar a la piel. Esta es una de las principales razones por las que nuestra piel necesita un cuidado extra en invierno: proteger y compensar estos cambios para mantener no solo una piel capaz de realizar sus funciones, sino que además sea una piel brillante y sana.

 

¿Cómo podemos remediarlo?

Por último, te ofrecemos unos consejos para combatir las inclemencias del frio sobre nuestra piel:

  1. Huye de los tejidos sintéticos muy ajustados, ya que también pueden ser perjudiciales para nuestra piel: el frío y la fricción con estos tejidos puede provocar irritaciones en la piel del cuerpo. Es mejor elegir tejidos de fibras naturales, más o menos holgados, que dejen que la piel transpire adecuadamente.
  2. Evita las duchas o baños muy calientes, ya que la piel puede tender a irritarse aún más y aumenta su PH, por lo que puede deshidratarse con más facilidad. Es preferible una ducha corta, con agua templada.
  3. Incorpora una crema hidratante a tu rutina facial y corporal diaria. Esto te ayudará a mantener y recuperar los niveles adecuados de hidratación y te aportará los nutrientes necesarios para ayudar a restaurar la función barrera.
  4. Evita el estrés y la falta de horas de sueño, ya que generan radicales libres y disminuyen nuestras defensas naturales, por lo que la piel todavía se encuentra menos preparada para hacer frente a los cambios de temperatura que se producen en las estaciones frías.

Aún nos queda un tiempo de pasar frío, pero con estos sencillos consejos tu piel se mantendrá ideal y sana.